martes, 8 de enero de 2013

El cuerpo doctrinario de la Renovación

RESCATE DE LA IDENTIDAD MISIONERISTA EN TRES LIBROS DE CABRAL ARRECHEA



El lunes 3 de diciembre, Carlos Rovira presentó la reedición de tres libros de Salvador Cabral Arrechea. Habló en el Teatro Lírico del Centro del Conocimiento desbordado por militantes, dirigentes -incluso de la oposición- y muchos profesionales fundamentalmente jóvenes. Se diría que estuvieron de todos los sectores y clases sociales. Además su discurso fue transmitido en directo por televisión.


El interés en escuchar a Rovira fue entonces el dato político de la tarde. Se entiende ya que fue la primera vez en el año que habló fuera del ámbito institucional del Parlamento y como conductor del movimiento de la Renovación. La expectativa no fue defraudada ya que Rovira invistió la ceremonia con un discurso que enhebró el contenido de las tres obras de Cabral, referidas a Andresito, Yrigoyen y la batalla cultural del Mercosur, para rescatar los principios fundantes de la Renovación: la ruptura con los capangas, el respeto a la soberanía popular y el rescate del espíritu identitario del misionerismo; con el propósito de ir definiendo el cuerpo doctrinario de la Renovación. Veamos una síntesis de su exposición: Después de agradecer la invitación de Cabral Arrechea, reveló que comparte la temática de los tres libros referidos a Andrés Guacurarí Artigas, Don Hipólito Yrigoyen y La Revolución de la Cultura en el Mercosur. Destacó en ese sentido que los contenidos expresan una posición muy nítida y firme frente a toda la versión hegemónica de la historiografía porteña. Como suele hacerlo, Rovira citó después a Borges. “Frente a cualquier acto que signifique la presencia o aproximación a un libro, se presentaba pidiendo perdón frente al ocasional lector, de que las páginas que van a seguir luego de la lectura de los mismos, le generasen alegría o algún aporte y esperaba que las páginas de sus libros generasen ese estado de ánimo”. Citó seguidamente a Ralph Emerson para recordar que “concebía a los libros como elementos casi mágicos”. “Para nosotros –figuró- la magia consiste en reencontrarnos con una historia lejana en esta trinchera oriental de la patria donde muy pocos, quizás los únicos que se plantaron y dieron batalla, Artigas y Andresito, tomaron el camino más difícil. Ésta gesta habla de aportes probados y fundamentados, no a la versión libre y poética de nuestra historia más cercana. Esta empresa fue igual por lo menos que el cruce de Los Andes…” Apuntó que la síntesis del libro es abarcativa porque no circunscribe a Andresito a su rol de militar, para destacar que su gesta patriótica fue llevada adelante por una visión política inequívoca y compartida por Artigas. Enemigos de afuera y adentro “También es muy claro y está en varios capítulos repetidos de este valioso documento para los misioneros y los argentinos, la determinación que tuvo el líder de compartir una concepción donde veía los obstáculos y los enemigos de afuera y los enemigos internos: los directorios, la visión porteña de la Revolución de Mayo que no era compartida. Por algo quienes suscribían este nuevo viento republicano junto con Artigas, suscribieron el acta del Congreso de Oriente. Otro testimonio de nuestra historia que no es reconocido como tal y fue anterior al acta fundacional del Congreso de Tucumán, en el arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay. “Otro aspecto marcado en la obra es que el liderazgo que durante los casi 9 años de vigencia al servicio de la patria junto a Artigas, Andresito lo hace sin tener un levantamiento dentro de su legión, de su montonera. Al lado había varios jesuitas que se cambiaron de nombre luego de disuelta la compañía de Jesús (uno de ellos Acevedo que no se cambió) pero muchos se ponían nombres indígenas y combatían al lado de Andresito, lo cual habla de su enorme educación”. “Hoy, en este presente, se nos viene como un aspecto mágico de revelación y debemos decir que desde el ámbito político tampoco ha habido voluntad y decisión de todo el ámbito de la política, de hacer prócer a nuestro prócer, de atreverse a exhibirlo y comprenderlo, estudiarlo a partir de estos valiosísimos instrumentos. El aspecto positivo de la política es decidir el rescate y esa exhumación -sin el cuerpo que es mucho más valioso- de la historia política del verdadero héroe como Andresito”. Yrigoyen y la soberanía popular “Un hilo conductor con otra expresión auténtica y compartida con la gesta de Andresito por su carácter popular fue la de Hipólito Yrigoyen… que es una figura muy difícil de abordar… Desentrañar el pensamiento del ex presidente ha sido y es una tarea sumamente precisa y difícil, pero lo ha hecho con una excelente guía metodológica desde el rescate de aspectos estratégicos de su posicionamiento en política. “Fue uno de los primeros visionarios pero en el concierto de una Nación creciente, potente, que ha igualado esa visión desde la política, trazándose un plan de operaciones políticas que al cabo de un corto tiempo ha definido una carrera meteórica. Siendo hijo de una familia muy pobre de inmigrantes bajos, llegó ayudado por su tío, Leandro Alem, a estudiar y a recibirse de doctor en leyes. El primer destino que tuvo después de la Universidad, fueron algunos trabajos en Buenos Aires e inmediatamente pasa a desempeñarse como comisario de un pueblo de Buenos Aires, Balvanera. Allí empieza su carrera política con una habilidad magistral. Tanto es así que señala con precisión histórica los aspectos que hacían a la personalidad que empezaba a emerger. Se movía públicamente para las grandes masas pero, secretamente planeaba innumerables operaciones políticas para que la idea de un partido nacional y popular empiece a penetrar en los bordes sociales y en esa naciente clase media que fue, finalmente, el vector, la fuerza impulsora que permitió que Yrigoyen llegara a las grandes mayorías. “Un hecho político fundamental que, podemos traer a estos tiempos, incluso al presente donde se palpa el malestar por el protagonismo de las mayorías; es el mismo malestar que padeció el primer dirigente popular…Por eso creo que la vida de Yrigoyen trae a la discusión lo que hoy vivimos: esa especie de negación por parte de las minorías y de resta de valor de las mayorías, lo que refleja un malestar en la concepción de la democracia. Es un malestar que se viene repitiendo desde que la revolución francesa. Primero plasmó, en 1789, los derechos universales del hombre destronando a la monarquía que entendía que el primer derecho universal en el tránsito por sangre. Con esfuerzo y siempre costoso, el primero de los derechos es de la soberanía popular a través del voto; que a tantos intelectuales del constitucionalismo les cuesta interpretar. Tenazmente, en los últimos tiempos han pretendido reducir esa soberanía popular a los dictum de una Constitución o una ley electoral, cuando va de suyo que es suprema, en una democracia, que la voluntad popular está por encima de cualquier otro dictado” “Otro grande de la literatura alentaba a leer, a abrir los libros, y no hacer el comentario a través de los frecuentes críticos interpretadores de las obras, como también los hay en el campo de la historia, que nos proyectan representaciones de los hechos, no los hechos. Muchos de los hechos están tergiversados a la vigencia de las corrientes dominantes. Por eso es valioso, desde el lugar de los hechos, empezar a escribir nuestra versión. Esto es muy valiente, tanto del punto de vista histórico como político y también del interés del ciudadano, del hombre común que hoy tiene la oportunidad de no repetir viejos cliché, menos dogmas que han sucumbido y tener un talante genuino, directo con nuestros propios hechos”. El futuro pasa por lo local “La cocagne (como dicen los franceses), la panacea del mundo globalizado está encontrando tremendos límites pero no debemos negarnos a este mundo, este es el mundo que tenemos, que vivimos. Pero la nueva visión superadora de este mundo global (con la primera economía americana vigente, pero con un desbalanceo hacia Asia ya que China e India son la locomotora comercial del mundo y Europa está casi caída), entiende que el futuro del mundo pasa por lo local. Pasa por esa paradoja de saber contemplar lo global pero movernos localmente, movernos y valorizar la herencia del guaraní que rigió desde el Caribe hasta el Río de la Plata, con su lengua, su idea de un mundo sin mal, superior a nuestra teoría de los demonios, del bien y del mal. El indio aprendió y repara en la naturaleza como un hecho cultural y de vida muy singular. Nosotros, habitantes en este siglo XXI, no tenemos el mismo amor por los innumerables recursos y elementos de esta diversidad natural heredara. No queremos el agua abundante que tenemos, no comprendemos la importancia en este estado del mundo, un mundo que está teniendo una crisis anticipada de carencia de agua dulce natural. Estamos sentados en el mayor acuífero mundial, pero para nosotros no es el oro transparente… descreemos de nuestros propios potenciales en la vida social y muchas veces encontramos satisfacción en los productos del gran mercado de consumo de este mundo globalizado… los misioneros y los argentinos tenemos la respuesta para el presente y largamente para el futuro”. La cultura es un cuerpo vivo “Entrando en algunos aspectos sobre el ensayo sobre el valor de la cultura en el Mercosur que propone Cabral… hay que decir que la cultura es la síntesis del hombre como individuo y cómo vive en sociedad. La cultura es todo en su pensamiento, su acción, sus aportes materiales, científicos… está contenida en algunos libros o en la Biblioteca de Babel donde está todo el universo. Por eso la importancia de que ese término forme parte de nuestra inquietud primaria para apurar el acceso a esa cultura, necesita de su reedición permanente, necesita el aporte permanente porque es un cuerpo vivo. Siendo estrictos y también sinceros, no se puede querer la extraordinaria cultura europea si desconocemos y despreciamos la cultura latinoamericana, precolombina. Si no aceptamos la validez de la igualdad entre las diferentes categorías culturales, vamos a seguir en el caos, en el desorden y la ignorancia. El último gran antropólogo francés, Levi – Strauss, demostró científicamente el error del etnocentrismo y rescató una parte de las etnias guaraníticas del Amazonas. Aquí muy cerca de nuestras provincias estuvo estudiando la equiparación de costumbres, ritos y prototipos sociales de una gran validez y riqueza. La habilidad de nuestros indígenas para la música, una música simple pero música. La habilidad para manejar la fitomedicina y desentrañar el poder curativo de innumerables plantas. En la medicina clásica cada día incorporan elementos naturales de toda la farmacopea, eso viene de nuestros pueblos originarios... Esto tiene que ver con el aporte cultural. “El mundo de hoy exige, a quien entra en cualquier ejercicio intelectual, la visión de conjunto. No por algo los clásicos griegos dan una definición exacta entre un hombre cultivado y aquel que es sabio. No hay que ser sabio esperando la mayoría de edad o la vejez, se puede ser sabio siendo un adolescente y buscando el saber. Para tener una aproximación a la teoría del Big Bang uno no necesita estudiar las dificultosas ecuaciones, el principio de incertidumbre o la teoría de la relatividad; un buen libro científico hecho por científicos le puede dar una idea aproximada del universo en expansión o lo que es la idea de la flecha del tiempo, ya la expresión literaria dice que el tiempo va en una dirección. Eso también es un hecho cultural porque la cultura habla de la relación de todos los mundos y está en la cosmovisión la idea que nosotros tenemos del mundo con el planeta tierra incluido, minúsculo, extremadamente minúsculo frente a la idea de la concepción del infinito es justamente el golpe a la puerta de la academia del saber. Por eso no es una ocurrencia que este centro del conocimiento tenga esa cúpula que va a permitir a los jóvenes interrogarse y a mirar el cosmos. Es muy necesario que así sea para poder apoyar esta teoría de que debemos tener una barrida universal, general, de todos los órdenes donde está la huella de la labor humana”. Elevar la mirada al ser humano Hoy buena parte de la agenda nacional se distrae en asuntos que no redondean un aporte sustantivo a los grandes interrogantes de nuestras sociedades. Nosotros estamos centrados en la tarea fundamental política que es democratizar el conocimiento y la información, despertar el interés. Elevar la mirada al ser humano. Qué mejor que hacerlo con un libro. También Borges decía que él concebía a los libros como una parte del cuerpo humano. Que el humano se permitió ciertas extensiones de su mismo cuerpo, por ejemplo inventando el microscopio con la lente que son extensiones de la visión; inventando el telégrafo, extensión del oído; y el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación, todos caracteres de la mente”. “Hoy estamos en presencia de extraordinarias extensiones de nuestra comprensión de esta parte de nuestra casa. Debo expresar mi alegría de haber podido compartir y exponer la perseverancia, la constancia del profesor Cabral en esta temática fundamental de nuestros tiempos”. “Otro grande de la lengua inglesa, George Bernard Shaw, un poeta irlandés, en una conferencia tras recibir el premio Nobel de literatura, desde el público alguien llevó la controvertida temática de la Biblia como libro y le preguntó: “doctor, quién escribió la Biblia y él mismo de la interrogación de una afirmación: la escribió el Espíritu Santo. Shaw contesta que hay dos categorías de libro: la primera es la pretensión del autor, que pretende que su libro sea leído, que figure en un lugar importante, que sea aceptado y que vaya cubriendo las diferentes gamas de penetración literaria. La otra que el lector, luego de hacer suya la obra, lo hace por segunda vez cuando relee un texto. Entonces el poeta irlandés decía que el libro que es releído es escrito por los espíritus. Mi deseo es que estos tres libros sean releídos”. 


Fuente: Semanario Trincheras Del 16 de diciembre al 31 de diciembre de 2012 // Año 3 · Edición N° 94